Somos Familia Reparadora
Vivimos nuestra vocación como una gran familia desde las diferentes llamadas a vivir la reparación. Las religiosas desde la vida comunitaria y los laicos desde su propia realidad.
El carisma de la reparación y la misión compartida nos une para ser en el mundo testigos de la buena noticia como dice Jesús: “Id y proclamad el Evangelio” (Mc. 16, 15).
Nuestra misión nos proporciona un amplio ámbito de valores que nos llevan a participar con otros en proyectos de los actuales contextos de pobreza y marginación al servicio del evangelio, de la justicia y la paz.
