Nuestra misión
La misión que Dios nos ha confiado a la Congregación de María Reparadora y a los laicos/as de la misma familia, la entendemos desde ser en el mundo como María, mujer del pueblo para Dios y mujer de Dios para el pueblo.
El carisma que Dios nos ha confiado, la reparación con María, nos identifica con la Kénosis de Jesús que se concretiza en misericordia, como vía de inclusión, compasión, consolación, dignidad de cada persona y justicia.
Identificadas con los sentimientos de Jesús, asumimos su estilo de vida, su estilo de estar con los/las demás, de forma cercana, acogedora, solidaria.
La Eucaristía, dinamiza toda nuestra vida, la hace más creativa, abierta. Reconocemos la transformación que se ha dado en nosotras, hemos entrado en una contemplación más real y humana, unificando nuestra vida: adoración – compromiso – misión – evangelización.
Espiritualidad Ignaciana.
Nuestro carisma está vinculado a la espiritualidad ignaciana. La dinámica de los Ejercicios de San Ignacio nos ayuda a realizar un proceso de integración personal para el encuentro con Dios Creador de todas las cosas, y a la configuración con nuestro carisma y nuestra propia espiritualidad. Buscar y encontrar a Dios en todas las cosas nos lleva a convertirnos y vivir la libertad interior; seguir a Cristo pobre entre los pobres “sin cálculo y sin reserva”. (cf.- Carta del 2 de julio)
